Pie de manzana y frutos del bosque

Esta semana he hecho súper feliz a mi madre.

Sí, porque esta semana he horneado LA RECETA.

Un dulce que lleva esperando 3 años a que se lo haga. Que me pide para cada uno de sus últimos cumpleaños. Que me recuerda cada vez que le digo: "No sé qué postre hacer para este fin de semana"... En definitiva, ese postre que le gusta por encima de cualquier otro. De nada vale que prepare unos cupcakes súper cucos, unos muffins hiper esponjosos (y eso que le encantan) o la tarta de queso más rica del mundo. 

Porque siempre después de probar cualquiera de estos dulces su respuesta ha sido la misma:

A continuación reproduzco el diálogo que se lleva repitiendo -con alguna que otra variación- desde los últimos 3 años -no es una exageración, sí, tres años-.

          - Mami, ¿qué te parece? ¿Te gusta?

          - ¡Sí, está muy rico!

          - Pero... ¿Te gusta más o menos que el anterior postre que hice?

          - Aisss... No sé. No me acuerdo. Haces tantos, que no sé cuál fue el anterior a este.

          - Los muffins de manzanas y toffee (por ejemplo).

          - No sé. Son diferentes. Los dos están buenos. De todas formas, ya sabes que a mí lo que más me gusta es el pie de manzana. Por cierto, a ver cuándo lo haces, que te recuerdo que tenemos queso mascarpone en la nevera. 

Y es que no me extraña. Reconozco que está riquísimo. No es nada empalagoso y la masa es extraordinaria. Queda riquísima. El queso mascarpone le da un toque muy especial. Si aún no lo habéis probado como ingrediente principal de una masa, os lo recomiendo por encima de cualquier otro.

Aparte de que está de muerte, para mí este pastel también es importante porque es uno de los dulces con los que me empecé a aficionar a la repostería, y en el que iba introduciendo nuevas variaciones cada vez que lo hacía, hasta que conseguí la que, en mi opinión, es la mejor receta. La receta que hoy comparto con vosotros.

Espero que os guste y que no tardéis, como yo, 3 años en preparársela a vuestros seres queridos.

Pie de manzana y frutos del bosque:

INGREDIENTES

- Para la masa:

• 250g de queso mascarpone
• 80g de margarina
• 2 huevos (uno para la masa y otro para pintar el pastel antes de hornearlo)
• 1 cucharada de azúcar glas o icing sugar
• 1 pellizco de sal
• 350g de harina

- Para el relleno:

• 4 manzanas Golden
• 85g de azúcar
• 55g de margarina
• 4 cucharadas de mermelada de frutos del bosque
• 2 cucharadas de agua
• Canela en polvo

PREPARACIÓN

- Para la masa:

1. Mezclamos el mascarpone, la margarina, un huevo, el azúcar, la sal y 300g de harina. Amasamos hasta que la masa se empiece a despegar de las paredes del bol. 
2. A continuación, añadimos 50g más de harina y seguimos amasando hasta que la masa no se nos pegue en los dedos. Si la amasáis lo suficiente obtendréis una masa muy elástica y manejable.
3. Formamos una bola, la cubrimos con papel film y la dejamos reposar en el frigorífico durante un mínimo de 40 minutos.

- Para el relleno:

1. Precalentamos el horno a 180ºC.
2. Calentamos en un cazo el azúcar, la margarina y la mermelada con dos cucharadas de agua. Calentamos a fuego medio removiendo continuamente hasta que la margarina se haya disuelto. Apartamos del fuego y dejamos templar.
3. Por otro lado, descorazonamos y pelamos las manzanas. Las colocamos en una fuente apta para horno y las espolvoreamos con canela (sin escatimar). 
4. A continuación, regamos las manzanas con el jugo de frutos del bosque anterior. Horneamos 35-40 minutos a 180ºC.
5. Cuando las manzanas estén blanditas, las cortamos como más nos guste y las dejamos templar junto con el jugo de frutos del bosque.

- Para preparar el pie:

1. Precalentamos el horno a 190ºC.
2. Sacamos la masa de la nevera y la dividimos en dos. Estiramos una de las dos mitades en una superficie enharinada y cubrimos con ella el fondo y las paredes de un molde de pie o cualquier otro molde que tengamos por casa (el mío era de 23cm de diámetro). 
3. Rellenamos con la mezcla de manzanas y frutos del bosque.
4. Estiramos la otra mitad de la masa y cubrimos con ella la fruta. Presionamos los bordes para que queden bien sellados y hacemos un agujero en el centro de la masa para que libere el vapor durante la cocción.
5. Batimos un huevo y pintamos con él la superficie del pastel.
6. Horneamos 30 minutos a 190ºC. Servimos templado o frío.