Consomé de Navidad cubierto de Hojaldre (Recetas navideñas, 5)

Las navidades me hacen ser una vaga. Sí, sí. Habéis leido bien. A pesar de que la Navidad es mi época favorita del año, tengo que reconocer que me vuelve una auténtica perezosa para cocinar.

Ahora os explico bien el porqué.


Resulta que durante las dos últimas navidades -desde que abrí este blog, para más información- me he encontrado con que no tenía ni hecha ni pensada ni una sola receta para Nochebuena o Navidad. ¿Os lo podéis creer? 

A lo largo de una semana le aseguraba a mi madre que yo prepararía algo, que ella no se preocupara, porque de la mesa navideña me encargaría yo. Una semana después, a día 24 de diciembre, aún no había preparado nada. Ni unos entrantes fríos, ni un pastel crujiente -de esos que tanto me gustan-. Ni un postre navideñosísimo, ni una simple tarta de queso. Nada en absoluto.


El cansancio acumulado causado por compaginar estudios y trabajo me pudo. Llegó el día y ni me volví a acordar de que yo era la reponsable de la mesa navideña.

Una situación tremendamente agobiante. Sobre todo para una madre. Os podréis imaginar las reprimendas que me he llevado, y con razón, las dos últimas navidades.

Pero este año eso no me va a pasar. 


No me voy a olvidar de que he prometido que yo me encargaré de preparar la cena de Nochebuena -por si acaso, de la comida de Navidad se encargará mi madre-. 

Y es que he descubierto una idea genial para cenar: un consomé cubierto con hojaldre. ¿A que suena bien?

Pues ahora viene lo mejor.


Como carezco de tiempo para preparar un caldo con todos los ingredientes necesarios para que salga bueno y contundente, usaré uno de brick. En concreto, el caldo de Navidad Aneto. Ya he hecho la prueba, y me ha parecido genial porque no sabe a caldo envasado. Sabe al de casa. Y su textura es un poquito densa, ¡cómo el que hacía mi abuela para cenar cuando yo era pequeña! Os lo recomiendo si no deseais pasar demasiado tiempo en la cocina y queréis un caldo como el de toda la vida (Aneto no me ha pagado nada por escribir este post, simplemente, me ha gustado. Sin más).


Para hacerlo más casero lo he acompañado de pechuga de pollo, jamón serrano y huevo cocido, tal y como lo preparaba mi abuela. De mi cosecha ha sido lo de cubrirlo con hojaldre. ¡Si es que no puede pasar un solo día en que no encienda el horno!

Está de ñaaaaaammm... Requeteñaaaaaaaaammm...



¡Probadlo! y me contáis qué os ha parecido.


INGREDIENTES (para 4 tazas de consomé)
  • 1L de caldo (yo usé caldo de Navidad Aneto)
  • media pechuga de pollo pequeña
  • dos huevos cocidos (tamaño XL)
  • 90g de jamón serrano cortado en taquitos
  • 1 lámina de hojaldre refrigerada
  • 1 huevo batido (para pintar el hojaldre)

PREPARACIÓN
  1. En primer lugar, ponemos a cocer en un poco de agua con sal la pechuga de pollo durante unos 15 minutos o hasta que esté tierna. La sacamos y la picamos.
  2. Por otro lado, cortamos en taquitos el jamón serrano, y pelamos y picamos los huevos cocidos.
  3. Repartimos la pechuga de pollo, los huevos y el jamón en el fondo de cuatro tazas de consomé resistentes al horno. Completamos nuestras tazas con el caldo.
  4. Por último, cortamos cuatro círculos de masa de hojaldre del tamaño de las tazas y las cubrimos con esta masa. Pintamos el hojaldre con un poco de huevo batido y horneamos 23-25 minutos en el horno precalentado a 180ºC.



¡Sorpresa en el fondo! XD

Comentarios

  1. Me parece una idea estupenda, la presentación de lujo total!. Bs.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias!! La verdad es que es muy fácil y queda súper rico.

      Un besazo!! =D

      Eliminar

Publicar un comentario