Hacía muuuchos meses que no preparaba ningún tipo de bizcocho (y mira que son ricos y fáciles). No me preguntéis por qué, porque no lo sé (bueno, tengo que decir que sí, por mi obsesión por las tartas de queso).
Pero hace un par de días ví una revista una receta de un bizcocho con nueces y miel. En un principio, lo que más me llamó la atención fue el título (que llevara miel me dio muy buena impresión y le añadía un extra de originalidad). Por ello continué leyendo los ingredientes y añadió otro punto más a su favor: que estaba hecho con harina integral. Así que seguí leyendo su preparación. Era perfecto, tenía que hacerlo; además, pensé: "¡Qué bien, si tengo todos los ingredientes!". Y así, ni corta ni perezosa (sobre todo "ni perezosa"), me metí en la cocina con la intención que preparar ese dulce bizcocho. Pero, no tardaron en llegar los problemas: Me dispuse a abrir el tarro de la harina integral y, (¡oh, no!), ¡ni siquiera había una triste cucharada de harina!
Yo ya estaba empecinada en hacerlo; así que, fuera como fuese ese bizcocho ese día, y en ese momento, tenía que acabar saliendo del horno. Empecé a buscar por los armarios y encontré un paquete de salvado de trigo. Así que se me ocurrió preparar este postre con harina blanca y añadirle además salvado. Pero eso no fue todo, también me encontré con otro paquete de copos de avena (dos paquetes que, por cierto, llevaban meses muertos de asco en las profundidades de ese armario), y además le añadí unas cuatro cucharadas de estos copos. Le fueron genial. Al masticar, en el interior se notaba ese toque crujiente de estos cereales.
Bueno, no me enrollo más, el resultado, fantástico. Tanto, que ya estoy preparando una nueva versión que seguramente también os gustará.
La receta en la que me he basado es la de "Bizcocho de nueces y miel" de la revista "Love Cocina" número 4. Os cuento cómo la he hecho yo:
INGREDIENTES
PREPARACIÓN
También hice uno pequeñito, pero os recomiendo que lo hagáis grande. La versión "mini" también estaba rica; sin embargo, estaba algo más seca que la grande.
P.D.: ¡Se me olvidaba lo más importante! La capa superior queda muuuy crujiente y la miel que lleva en la mezcla hace que el interior esté súper blandito y jugoso. Una delicia. Probadlo.
Pero hace un par de días ví una revista una receta de un bizcocho con nueces y miel. En un principio, lo que más me llamó la atención fue el título (que llevara miel me dio muy buena impresión y le añadía un extra de originalidad). Por ello continué leyendo los ingredientes y añadió otro punto más a su favor: que estaba hecho con harina integral. Así que seguí leyendo su preparación. Era perfecto, tenía que hacerlo; además, pensé: "¡Qué bien, si tengo todos los ingredientes!". Y así, ni corta ni perezosa (sobre todo "ni perezosa"), me metí en la cocina con la intención que preparar ese dulce bizcocho. Pero, no tardaron en llegar los problemas: Me dispuse a abrir el tarro de la harina integral y, (¡oh, no!), ¡ni siquiera había una triste cucharada de harina!
Yo ya estaba empecinada en hacerlo; así que, fuera como fuese ese bizcocho ese día, y en ese momento, tenía que acabar saliendo del horno. Empecé a buscar por los armarios y encontré un paquete de salvado de trigo. Así que se me ocurrió preparar este postre con harina blanca y añadirle además salvado. Pero eso no fue todo, también me encontré con otro paquete de copos de avena (dos paquetes que, por cierto, llevaban meses muertos de asco en las profundidades de ese armario), y además le añadí unas cuatro cucharadas de estos copos. Le fueron genial. Al masticar, en el interior se notaba ese toque crujiente de estos cereales.
Bueno, no me enrollo más, el resultado, fantástico. Tanto, que ya estoy preparando una nueva versión que seguramente también os gustará.
La receta en la que me he basado es la de "Bizcocho de nueces y miel" de la revista "Love Cocina" número 4. Os cuento cómo la he hecho yo:
INGREDIENTES
- 280g de harina blanca de trigo
- 70g de salvado de trigo
- 4 cucharadas de copos de avena
- 2 huevos
- 200g de margarina a temperatura ambiente (y un poco más para engrasar el molde)
- 200g de azúcar blanco
- 1 vaso de leche entera
- 100g de nueces picadas de forma gruesa
- 3 cucharadas soperas de miel mil flores
- 1 sobre de levadura química en polvo
- Copos de avena
- Nueces
- Miel
- Azúcar glas
PREPARACIÓN
- Precalentar el horno a 180ºC. En un bol grande, batir 100g de margarina y 100g de azúcar hasta obtener una mezcla cremosa. A continuación, añadir los otros 100g de margarina y de azúcar, y volver a batirlo del mismo modo.
- Agregar los huevos batidos de uno en uno, mezclando bien entre uno y otro.
- Verter el vaso de leche y remover.
- Añadir las tres cucharadas de miel y las nueces. Mezclar bien.
- Agregar la harina, el salvado y los copos de avena. Y volver a mezclar.
- En un molde engrasado con margarina, verter la mezcla anterior. Espolvorear por encima de la preparación unos pocos copos de avena repartidos de manera decorativa.
- Introducir en el horno a 180ºC durante unos 40 minutos.
- Dejar enfriar antes de desmoldar. Decorar con azúcar glas y servir acompañado de miel y nueces.
También hice uno pequeñito, pero os recomiendo que lo hagáis grande. La versión "mini" también estaba rica; sin embargo, estaba algo más seca que la grande.
P.D.: ¡Se me olvidaba lo más importante! La capa superior queda muuuy crujiente y la miel que lleva en la mezcla hace que el interior esté súper blandito y jugoso. Una delicia. Probadlo.
Tiene una pinta buenísima!
ResponderEliminarEste tipo de bizcocho me encanta! Jugoso con capa crujiente ... Mmmmm!!! Ha quedado muy decorativo las copos de avena sobre el superficie, medio escondidos del azúcar glas. Enhorabuena por esta delicia, que ademas es bastante sana, y gracias por compartir!
ResponderEliminarMuchas gracias!! =))
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