En esta ocasión, en cuanto abrí la caja, supe cuál iba a ser el destino que le daría al caldo de carne. Casi de inmediato, recordé una sopa que se cocinaba en casa cuando era una niña. Era uno de mis platos preferidos. Tal vez porque no lo comíamos muy a menudo, volver del cole y encontrarme con esta humeante sopita sobre la mesa me parecía de lo más reconfortante.
Lo mejor de esta sopa es, además de que está muy buena, que se puede adaptar a los gustos de cada cual. De hecho, mi madre, que no es muy amiga de las sopas muy caldosas, la toma casi seca; mi abuela, por su parte, la prefiere bien caldosita. Y yo, cuando era niña, la tomaba ¡completamente seca! (Alucino... porque ahora mismo la sola idea de comer el pan tan seco, sin nada más que cebolla y patatas fritas, no me resulta muy apetecible...)
Sopa de la tía Katy (con pan, tomate, cebolleta y patatas):
INGREDIENTES (para 2 personas)
- 200g de patatas, peladas y lavadas
- 1 cebolleta
- 100g de pan (unas 3-4 rebanadas por persona)
- 4 cucharadas de salsa de tomate frito
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- 500mL de caldo de carne (yo, Caldo de Carne Aneto Natural)
PREPARACIÓN
- Comenzamos pelando y cortando la cebolleta en rodajas finas. Calentamos aceite de oliva en una sartén y sofreímos en ella la cebolleta. Salamos ligeramente y dejamos que se ablande y dore, durante unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando para que se cocine por todos los lados. Retiramos del fuego y colocamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
- Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas de unos 2-3mm de grosor. Las salamos y las freímos en el mismo aceite -añadimos un poco más si lo creemos necesario-. Reservamos, igualmente, sobre papel absorbente.
- A continuación, colocamos el pan en la base de cada plato, y lo untamos con el tomate frito. Sobre el tomate, extendemos la cebolleta; y sobre ésta, repartimos las patatas fritas. Regamos con el caldo bien caliente, y servimos.
¡Un besazo!
Comentarios
Publicar un comentario