Con lo que, durante buena parte de mi primera etapa blogueril -así como durante algunos años anteriores- había evitado probar a hacer galletas en casa. Encadenar fracaso tras fracaso me hacía sentir mucho miedito ante esta elaboración.
Pasó el tiempo, y a base de práctica fui aprendiendo y mejorando. Poco a poco fui reconciliándome con ellas. Aprendí de mis miles errores y fui consciente de que buena parte de la culpa de que mis galletas salieran mal, se espanzurraran con el calor del horno o todas se convirtieran en una sola de tamaño descomunal era por mi falta de paciencia. Con lo paciente y tranquila que soy, cualquiera lo diría.
Masas que necesitaban un tiempo de reposo en el frigorífico yo las horneaba tal cual, recién hecha la mezcla. Otras veces, pretendía retirarlas de la bandeja aún calientes. Imaginaos el momento... La galleta en cuestión se deshacía en mil pedazos -blandurrios- a lo largo del breve recorrido hacia la rejilla. Inservible.
Podría seguir enumerando mis millones de fallos, pero entonces tendría que dividir el post en dos, y no es plan. Dudo mucho que mis andanzas reposteras sean tan interesantes como para merecer tanto espacio.
En definitiva, esta chapa os la cuento especialmente a los nuevos aficionados al universo pastelero que hoy estéis leyendo este post pensando en que "estaría bien probar estas pastitas", pero no os atrevéis porque, como a mí, siempre metéis la pata en algún momento de la elaboración y/o el horneado. Os animo a probarlas, porque son mega fáciles. Y puede que hasta os reconcilien con ellas. Tan solo necesitaréis un bol, un utensilio para remover y una manga pastelera. No tendréis que enfriar la masa, ni darle forma de bolita, incluso podréis colocarlas sobre la rejilla recién horneadas, sin miedo a que se deshagan por el camino (¡¡pero cuidado con las quemaduras, por favor!!)
Son unas pastitas de origen italino, típicas de la zona del Piamonte. Están elaboradas con una parte de harina de maíz y se aromatizan con ralladura de limón y semillas de vainilla. Imaginaos el sabor. Espectacular. Su textura se asemeja a la de las galletitas de mantequilla o pastitas de té. Además, se conservan súper bien durante varios días. Aunque dudo mucho que no se terminen en menos de 24 horas.
Paste di meliga (pastitas de maíz típicas del Piamonte):
Receta de Giallo Zafferano
INGREDIENTES (para unas 80 galletitas; 2 bandejas de horno)
- 125g de harina de maíz
- 250g de harina de trigo
- 125g de azúcar blanquilla
- 1 huevo entero
- 1 yema de huevo
- 250g de mantequilla, a temperatura ambiente, cortada en dados
- La ralladura de un limón
- Una pizca de sal
- Las semillas de una vaina de vainilla
PREPARACIÓN
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Tamizamos las harinas y mezclamos con el azúcar y una pizca de sal. Agregamos la mantequilla y la ralladura de limón, y mezclamos con una cuchara de madera hasta obtener una masa como de migas.
- Agregamos los huevos y la vainilla y mezclamos hasta integrar.
- Rellenamos con esta preparación una manga pastelera con boquilla de estrella abierta, y formamos las galletitas sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Hacemos una espiral de dentro hacia fuera, como unos pequeños roscos.
- Horneamos 15-20 minutos a 180ºC.
¡Un beso muy fuerte!
Hola! Qué ricas y bonitas se ven así rizaditas! No hay nada como seguir los pasos bien de la receta! Besis
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