Pinolata (pastel toscano de piñones)


Uno de los frutos secos que jamás faltan en mi casa, además de las nueces, son los piñones. Cualquier otro se puede terminar, y no pasa nada. Es muy probable que hasta que yo no lo necesitara para una receta concreta, nadie se diera cuenta de que en la despensa faltan pistachos, cacahuetes, avellanas, almendras, etc. Pero os aseguro de que eso nunca pasa con los piñones. 



Desde que tengo uso de razón, han sido el snack preferido de mi madre y mi abuela. Aún recuerdo los cucuruchos de piñones tostados que prácticamente cada tarde comían mientras yo, tras volver del cole, hacía los deberes. De ahí que no sea extraño que cada vez que elaboro cualquier receta -ya sea dulce o salada- que contiene estas sabrosas semillas sea un éxito en casa.



Y más allá del éxito es lo que consiguió el pastel que hoy tenéis ante vuestras pantallas. Con muchos (pero que muchos) piñones, súper tierno y húmedo. Una tarta con una jugosidad extrema y un sabor delicioso. 

Es de origen italiano. En concreto, es típico de la ciudad de Siena, aunque es tan sumamente exquisito, que no le ha sido difícil traspasar las fronteras de la Toscana, para ser apreciado por toda Italia. Además, es súper simple. Su elaboración es muy sencilla, igual que la de cualquier bizcocho. Y resulta ideal para merendar o para acompañar el café del desayuno. 

Si aún no lo habéis probado, ya estáis tardando en ir a la cocina y encender vuestro horno.




Pinolata (pastel toscano de piñones):
Receta adaptada del libro "Torte. Dolci per eccellenza".

INGREDIENTES (para un molde de 18cm)

  • 225g de harina de trigo
  • 225g de azúcar blanquilla
  • 150g de piñones tostados (yo los tosté ligeramente sobre una sartén) y picados
  • 120g de mantequilla, fundida y atemperada
  • 3 huevos
  • La ralladura y el zumo de un cuarto de limón 
  • 1/3 de cucharadita de extracto de vainilla
  • 1/3 de cucharadita de levadura química en polvo
  • una pizca de sal


- Para decorar: 

  • azúcar glas
  • leche
  • piñones


PREPARACIÓN

  1. Precalentamos el horno a 180ºC.
  2. Separamos las claras de las yemas. Y montamos las primeras a punto de nieve con una pizca de sal.
  3. Por otro lado, batimos las yemas con el azúcar hasta que doblen su volumen. Mientras seguimos batiendo, agregamos en hilo la mantequilla fundida. A continuación, la ralladura de limón, el zumo y el extracto de vainilla.
  4. Sobre esta mezcla, añadimos la harina tamizada junto con la levadura química. Incorporamos los piñones.
  5. En último lugar, integramos las claras con suavidad.
  6. Vertemos dentro de un molde desmontable engrasdao y con la base cubierta con papel vegetal, y horneamos durante 40 minutos a 180ºC. Una vez horneado, lo dejamos enfriar por completo antes de desmoldar.
  7. Para decorar la superficie, mezclamos azúcar glas con un poquito de leche. Mezclamos con unas varillas o un tenedor hasta que no queden grumitos de azúcar. Si observamos que nos ha quedado un poquito líquido, vamos ajustando la cantidad de azúcar hasta que tenga una consistencia espesita. Introducimos el glaseado dentro de una manga pastelera y formamos un enrejado. Acto seguido, espolvoreamos unos cuantos piñones para que se adhieran y dejamos que se seque antes de servir.


¡¡Un besazo!!

Comentarios

  1. No conocía este postre!! Cómo me gusta descubrir nuevas recetas de otras partes del mundo, y si son dulces, más alegría todavía. Me apunto la receta :)
    Patricia

    ResponderEliminar

Publicar un comentario