Después de más de cuatro años con el blog, cuando ya no tenía ninguna esperanza de encontrar en Salamanca nueces pecanas, la semana pasada, por casualidad, ¡¡las encontré!!
¡Soy feliz!
No os podéis imaginar la felicidad que me invadió cuando las vi. Me contuve de saltar, gritar... y demás, por eso de que no me echaran a patadas del súper, pensando que estoy como un cencerro (que lo estoy).